Los hijos somos una rama del Movimiento Hogares Nuevos la cual está llamada a acompañar a los matrimonios en la evangelización y la educación de sus hijos a lo largo de las diversas etapas de crecimiento de los mismos.
Los hijos formamos parte pasiva del movimiento por el hecho de que nuestros padres han realizado un encuentro. Pero nuestra vivencia plena en el movimiento comienza una vez que realizamos, como hijos, un encuentro. A partir de este momento somos miembros activos siendo CRISTO VIVO el centro y eje de nuestras vidas y reconociendo a nuestra familia como una verdadera Iglesia Domestica.
Mendoza comienza a participar en los encuentros a nivel nacional en el año 2000. Donde dos jóvenes de la diócesis participaron en un encuentro de hijos en Santa Fe y se llenaron del Cristo Vivo para transmitírselo a los jóvenes que desconocíamos de ese carisma y esperábamos ansiosos su llegada.
Desde ese momento Mendoza comenzó a trabajar con la rama de hijos, participando de diferentes actividades y organizando otras como encuentros, con asistencia de hijos de países hermanos como es el caso de miembros del movimiento de Chile.
Los encuentros se van adecuando a las edades de los participantes, comenzando a los ocho años y terminando con jóvenes de hasta treinta años. Teniendo temáticas fijadas según las edades de los participantes, siguiendo siempre la idea de amar a Cristo y centralizarlo en nuestras vidas. Cada dos años estamos invitados a participar del mayor encuentro como hijos, El Congreso, el cual tiene el objetivo de unir fuertemente las comunidades y afianzar el amor a las familias. Este año tiene lugar en Wanda Misiones durante el mes de octubre. Mendoza se prepara para este gran evento trabajando conjuntamente con los matrimonios para que la mayor cantidad reciban este regalo de la obra.
El padre Ricardo Facci, fundador del movimiento, nos invita a ser santos. Pero no santos en cosas extraordinarias, sino que mirando la santidad desde las pequeñas cosas, desde lo simple de la vida. Nos invita a amar profundamente a nuestras familias y a ilusionarnos con la familia que formaremos, respetando la idea del Papa Juan Pablo II que dio origen al movimiento: “hagan de cada familia un pedacito de cielo en la tierra” vivencia la idea de santidad desde ser un hijo y hasta en el día a día del matrimonio.
Los hijos somos una parte muy descuidada de la sociedad, pero somos la parte más importante ya que somos los que escribiremos el futuro de esta. En el movimiento sabemos de este constante ataque a los jóvenes, por lo que este año el lema elegido para acompañarnos en cada encuentro gira en torno a este problema y le encuentra la solución en la formación de la familia. El lema expresa lo siguiente “Cuidar a los jóvenes hoy es preservar la familia del mañana”. Lema que expresa el amor verdadero hacia la familia y su importancia en la sociedad.
Cuando un hijo vive impregnado en el carisma del movimiento, su vida gira en torno a preguntarse: ¿Qué haría Cristo en mi lugar?, pregunta que nos lleva a pensar mas allá de lo común, nos permite ver la vida como cristianos que experimentan el amor de Dios en las simples cosas y la salvación en Cristo, siendo la sal y la luz de la vida, siendo Hijos de Hogares Nuevos que crecen en comunidad y unidos a Dios.
